La raya
La raya largo es un signo de puntuación que cumple con varias funciones, aunque por lo general se le asocia más con el de señalar el texto que expresa cada uno de los personajes que intervienen en un relato novelado.
Otra de sus tareas es aislar elementos o enunciados que tengan carácter explicativo, es decir, en oraciones intercaladas que aclaran el sentido general del párrafo en que van insertas.
A la raya también se le conoce como guion largo.
Se usa raya para separar elementos incidentales que se intercalan en un enunciado y que tienen carácter explicativo.
Otra de sus tareas es aislar elementos o enunciados que tengan carácter explicativo, es decir, en oraciones intercaladas que aclaran el sentido general del párrafo en que van insertas.
A la raya también se le conoce como guion largo.
Se usa raya para separar elementos incidentales que se intercalan en un enunciado y que tienen carácter explicativo.
La entrevista es un género periodístico muy utilizado, pero a la vez, subutilizado. No hay ninguna contradicción en decir esto, porque la entrevista –que es la herramienta principal en el periodismo– sólo la empleamos para obtener información, pero rara vez para presentar a fondo el pensamiento de una persona.
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Se usa raya para intercalar algún dato o precisión: fechas, lugares, significado de siglas, el autor u obra citados.
Los habitantes del pueblo –doscientos setenta– estaban satisfechos de que así fuera, contentos de existir de forma ordinaria... trabajar, cazar, ver la televisión, ir a los actos de la escuela, a los ensayos del coro y a las reuniones del club 4-H.
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En los relatos literarios, la raya tiene la función de indicar las intervenciones o parlamentos de los personajes.
–Soñé con esa mujer que sueña –dijo. Matilde quiso que le contara el sueño.
–Soñé que ella estaba soñando conmigo –dijo él. –Eso es de Borges –le dije. Él me miró desencantado. –¿Ya está escrito? –Si no está escrito lo va a escribir alguna vez –le dije–. Será uno de sus laberintos. |
En los relatos literarios, van entre rayas aquellas intervenciones del narrador y las precisiones que indican al lector a qué personaje corresponden dichas líneas.
–¡Mírame, coronel! –pidió él– Ya no valgo nada. No tardaré el morirme solito, derrengado de viejo. ¡No me mates…!
–Pero, bueno, estamos todos tan contentos por mamá..., ya sabes la noticia. –Entonces dijo Nancy–: Oye. ¿Por qué sigo notando olor a tabaco? Te lo aseguro, me parece que estoy volviéndome loca. Entro en un coche, entro en una habitación y es como si alguien acabara de fumarse un cigarrillo. |