Las comillas
Las comillas son un signo de puntuación que tiene generalmente dos funciones: la primera para enfatizar en el uso de una palabra o una frase, y la segunda, expresar de manera literal lo que otra persona ha dicho, sea a través del lenguaje oral o del escrito.
Este segundo empleo de las comillas es muy útil para indicar cuál es la fuente original de la cita textual y es a la vez salvaguarda contra el plagio, pues muestra la honestidad del redactor al hacer referencia del autor de la idea, de la opinión o de los datos que se muestran.
El redactor puede hacer uso de tres tipos de comilllas: las angulares, las inglesas y las simples.
A las comillas angulares también se les conoce como latinas o españolas.
Este segundo empleo de las comillas es muy útil para indicar cuál es la fuente original de la cita textual y es a la vez salvaguarda contra el plagio, pues muestra la honestidad del redactor al hacer referencia del autor de la idea, de la opinión o de los datos que se muestran.
El redactor puede hacer uso de tres tipos de comilllas: las angulares, las inglesas y las simples.
A las comillas angulares también se les conoce como latinas o españolas.
Hacía más de treinta años que había renunciado al hábito del café por imposición de sus médicos. Pero había dicho: «Si alguna vez tuviera la certidumbre de que voy a morir, volvería a tomarlo». Quizás la hora había llegado.
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Parece muy extendido el uso de las comillas inglesas:
Había desertado de la universidad el año anterior, con la ilusión temeraria de vivir del periodismo y la literatura sin necesidad de aprenderlos, animado por una frase que creo haber leído en Bernard Shaw: “Desde muy niño tuve que interrumpir mi educación para ir a la escuela”.
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Las comillas simples se usan para marcar frases intercaladas en un enunciado que ya lleva comillas, o bien para dar el significado de una palabra.
«El científico dijo: “La hidrofobia ‘horror al agua, que suelen tener quienes han sido mordidos por animales rabiosos o simplemente rabia’ es cada vez menos frecuente en las grandes urbes”».
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Con respecto al uso de las comillas la nueva Ortografía de la lengua española, publicada a finales de 2010, recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros dos tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado, tal como lo muestra el ejemplo citado líneas arriba.
Las comillas siempre vienen en pares. Las que van al inicio del enunciado son conocidas como comillas abiertas y las colocadas al final se les denomina comillas cerradas.
De una sola mirada reconoció el lugar, reconoció los emblemas de una campaña electoral aborrecible, reconoció la fecha ingrata. “Qué barbaridad”, murmuró. “Siempre he dicho que uno envejece más rápido en los retratos que en la vida real”.
¡Y sigue llegando gente!: “Dile a Inés, la señora del 8 que se asome, y tú vete a la esquina a avisarle a Dominga; no se te olvide tocarle a Sara, creo que todavía no va al súper; que Lola se dé una vuelta para acá, dile que no se va a arrepentir, qué va a ver la sorpresota que se va a llevar, pero pícale, córrele, órale, ya”. Los aretes, grandes hojas de diamantes y esmeraldas, también son de Cartier. Unas mancuernas: dos ojitos azules, surrealistas y una camisa blanca con cuello de jockey. “Le pedí a mi jockey que me prestara su camisa y se la copié, pero sólo el cuello, ¿eh?”. Se quita los aretes de las orejas que se ven muy pequeñas, delicadas, pegadas a la cabeza: “Sí, tengo orejas muy bonitas y están muy limpias. A mí me gusta lo limpio. Si de algo tuviera yo que presumir sería de mis orejas, aunque ya sé que tengo un físico agradable”. |
Las comillas se usan para citar textualmente las palabras o un texto escrito de otra persona.
Raymundo Riva Palacio dice: “la responsabilidad social de la prensa es, por tanto, no sólo una asignatura importante, sino cada vez más una necesidad colectiva. Una de las manifestaciones capitales de esa responsabilidad mediática se manifiesta a través del correcto ejercicio periodístico, de acuerdo con criterios éticos y de orden profesional”.
El mismo enfermo dirigió las fotos. “Una para Prudencia, por el amor y la felicidad que me dio en la vida”, dijo. La tomaron con el primer fogonazo de magnesio. “Ahora otras dos para mis hijas adoradas, Prudencita y Natalia”, dijo. Las tomaron. “Otras dos para mis hijos varones, ejemplos de la familia por su cariño y su buen juicio”, dijo. Y así hasta que se acabó el papel y el fotógrafo tuvo que ir a su casa a reabastecerse. A las cuatro de la tarde, cuando ya no se podía respirar en el dormitorio por la humareda de magnesio y el tumulto de parientes, amigos y conocidos que acudieron a recibir sus copias del retrato, el inválido empezó a desvanecerse en la cama, y se fue despidiendo de todos con adioses de la mano, como borrándose del mundo en la baranda de un barco. |
Van entre comillas las frases célebres y los refranes populares.
Benito Juárez expresó: "Entre las naciones como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz".
"Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le protege". Mi amiga Luisa tiene un dicho: "No hay mal que por bien no venga". |
Se usan comillas para denotar un sentido irónico en el empleo de una palabra.
Es un “excelente poeta”, que como Pita Amor se empeña en la rima, pero su obra está llena de “lugares comunes”: violetas azules, rosas rojas, labios coralinos, dientes de perla. Metáfora y símil. Aportaciones de su “arte”.
Los partidos, a través de sus representantes, firmaron un “pacto de civilidad” durante lo que dure el proceso electoral. Para mostrarme su “aprecio”, me regaló un libro que de tan viejo se deshoja si le suspiras de cerca. |
Se usan comillas para indicar que una palabra o una expresión son impropias, vulgares o de otra lengua.
Debió ser horrible, espeluznante e imperdonable cuando a la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, la “fenestraron” en más de una ocasión para librarse de ella en el PRI y la Cámara de Diputados, hace ya algunos años.
Dice que para ella es muy difícil armonizar la mente y su expresión verbal, porque es muy “espontánea”. María Félix vuelve a hablar de magia, de Leonora Carrington, de “tarots”, de luna, de conjunción de las trilogías, de simbolismos y signos, pócimas y cocciones, y nunca se queda inmóvil. |
Se usan comillas para citar títulos de artículos, poemas, cuadros, etc.
El artículo de Amado Alonso titulado “Epistemologías iberoamericanas en ciencias de la comunicación”, hace un recorrido histórico por los diversos paradigmas teóricos que han tratado de explicar a la comunicación más allá de los medios masivos.
En la pared que da justo frente a su escritorio hay una enorme reproducción del “Guernica”. “En el silencio de la casa, tú”, Carlos Pellicer expresa la terrible soledad que se siente cuando el ser amado está ausente. |
Van entre comillas los sobrenombres o apodos.
“Cantinflas”, “Resortes”, “Viruta”, “Capulina”, “Clavillazo” y “Tin Tan”, fueron comediantes y cómicos que divirtieron a muchas generaciones de mexicanos.
El boxeador mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, tendrá su primer pago por evento, el próximo 14 de septiembre, contra Sergio “Maravilla” Martínez o Miguel Cotto. El atacante mexicano Javier “Chicharito” Hernández, se encuentra disponible para tener participación este martes en el encuentro de la Liga de Campeones de Europa frente al Real Madrid. |
Cuando en un texto se comenta o se explica a una palabra en particular, se escribe entre comillas.
Como modelo de la primera conjugación, se utiliza usualmente el verbo “amar”.
El problema con las palabras homófonas es que se pronuncian de igual manera, pero entre bracero y brasero, hay grandes diferencias en cuanto al significado; “brasero” es igual a anafre. La sala de visitas, mezcla de cárcel y confesionario, era un antiguo “locutorio” del convento. Una habitación dividida por una reja, en el que los visitantes pueden hablar con las monjas o con las internas. |
En español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido.
Ella fijo en los ojos de él sus ojos aterrados. Saturno intentó sus artes de salón. Le contó, en el tono pueril de las grandes mentiras, una versión dulcificada de los propósitos del médico. “En síntesis”, concluyó, “aun te faltan algunos días para estar recuperada por completo”. ría entendió la verdad.
El médico hizo un ademán de sabio. “Hay conductas que permanecen latentes durante muchos años, y un día estallan”, dijo. “Con todo, es una suerte que haya caído por aquí, porque somos especialistas en casos que requieren mano dura”. Al final hizo una advertencia sobre la rara obsesión de María por el teléfono. –Sígale la corriente– dijo. –Tranquilo, doctor –dijo Saturno con un aire alegre–. –Es mi especialidad. |
Si se da el caso de que se tenga la necesidad de escribir una una cita dentro de otra cita, se coloca una única comilla precediendo y terminando la cita que va intercalada.
El comentarista deportivo dijo, “Cuando entrevisté a Michael Jordan después de un mal partido me ha dicho: ‘Todos fallan en algo’, lo que me pareció muy cierto, hasta en mi experiencia personal”.
El excursionista recuerda: “Al atardecer comenzamos el descenso hacia la orilla de la que habíamos partido la víspera, pero a mi amigo la experiencia le había dejado un cambio, tal como me lo explicó años después: ‘Me sentía un ser más grave, más meditabundo, más triste, porque reconocí y medí en toda su dimensión aquella soledad que sería mi destino durante largo tiempo’, ahora entiendo las secuelas de aquella aventura”. Con respecto de Noticia de un secuestro el profesor explicó: “Cuando García Márquez tenía ya avanzado el primer borrador, tal como cuenta en la primera página, ‘cayó en la cuenta de que era imposible desvincular aquel secuestro de los otros nueve que ocurrieron al mismo tiempo en el país. En realidad, no eran diez secuestros distintos –como nos pareció a primera vista– sino un solo secuestro colectivo de diez personas muy bien escogidas, y ejecutado por una misma empresa con una misma y única finalidad’, la idea de los secuestradores era presionar a las autoridades para llegar a un acuerdo con la mafia colombiana”. |